Los propósitos de año nuevo y su caducidad

Como seres humanos o por lo menos en la cultura en la que vivimos, normalmente los propósitos que nos planteamos en año nuevo tienen una fecha de caducidad y muy corta….

Por ejemplo en enero iniciamos la dieta que se rompe justo el día de reyes, o si tenemos más fuerza de voluntad el día de la candelaria.

Pagamos la anualidad a un gimnasio el cual visitamos solo cuando nos llega el remordimiento o la depresión de ver cómo nos vemos, lo cual nuevamente se olvida en un par de días. Nos organizamos para no pasar tanto tiempo en el trabajo y ser más eficientes y cuando regresamos nos esta esperando un cerro de pendientes y volvemos a la rutina de dejar nuestra vida personal para otra vida, porque está ya la tenemos bastante ocupada. Algunos incluso se prometen dejar de tomar y cuando caen en la tentación, se beben en un día todo lo que habían dejado de beber en ese tiempo. Este ejemplo aplica para cualquier adicción que cada uno padezcamos o disfrutemos.

Y así podríamos continuar citando ejemplos que hemos escrito en nuestras listas de propósitos, pero realmente la dificultad radica en dos cosas: primero caemos en el error de plantearnos objetivos inalcanzables, muy poco reales y comúnmente los hacemos desde la obligación “el tener que”, más allá de verlo como un deseo, algo que realmente anhelamos. En el tener que, está más en lo que quiere la sociedad de nosotros y en el deseo esta lo que tu quieres para ti.

Para lograr nuestras metas tenemos que tener en cuenta varios factores:

-Tiene que ser algo Específico, comúnmente el que mucho abarca poco aprieta.

- Busquemos que sea algo que podamos Medir, para saber que vamos avanzando.

- Para que funcione tiene que ser algo que sea Realista, que sabemos que podemos lograr, es preferible metas pequeñas y cumplidas que algo grande que no realicemos.

- Si lo organizamos por Fases es más posible que lo logremos, como avances semana a semana.

- Deseemos en forma positiva, ya que al final lo que pensamos es en lo que nos enfocamos, si nuestros pensamientos son negativos, casi siempre obtendremos resultados negativos.

- Y por último pero no menos importante tenemos que definir ¿Qué es lo mejor de nosotros mismos? Ya que si logramos tener consientes nuestras fortalezas, estas nos ayudaran a no rendirnos en el camino. Al final de cuentas cada cosa que nos proponemos podemos llevarla día con día hasta la meta.

Busquemos que nuestros propósitos no tengan una fecha de caducidad, sino más bien una marca de cumplido y una nueva meta en el camino para darle sabor a la vida.

MTs. Wendy Barajas Amézquita